de ida y vuelta,
vals enloquecido,
al compás enloquecido,
guirnaldas que vuelan
y coronan los giros
de vértigo
al paso del rasgueo
tenue y
salvaje de la guitarra,
jugando al corro
de sentir que
el pequeño vals vienés
acaba
de hechizarnos
a todos.
En compañía de quienes jamás me fallaron. Por sus escritos, por sus emociones y sueños compartidos, por su capacidad para facilitarnos su amistad, su capacidad de crear, su habilidad para coger fuerzas ... cada vez que somos capaces de leer a “nuestros maestros”, a “nuestros poetas”, a “nuestros escritores” ... que jamás “nos fallaron”.
Elaborado, recopilado, seleccionado ... por Antonio García Gómez, poeta irredento por no poder dejar de serlo ... mientras vive enamorado de sus “universales maestros”.
Torre del Mar - enero - 2.016